Realizo esculturas de las personas que veo en zonas urbanas, durmiendo al raso y alimentándose frugalmente. Siempre me ha impactado ver un índice elevado de seres desamparados; observarlos acostados sobre bancos, durmiendo en parques o aprovechando los espacios cóncavos frente a las entradas de importantes edificios, quienes aprovechan desechos urbanos, como cajas de cartón y restos de lona, para resguardarse de los elementos. Suelo dibujarles en un bloc, mientras piden la voluntad o acumulan desperdicios (ej. latas, botellas de cristal /plástico) por su valor en la reventa de estos artículos.
Utilizo los apuntes del bloc para crear figuras en tres dimensiones. Mi énfasis es representarles con naturalidad, dando importancia a los detalles de su vestidura, porte y expresión; como también, transmitir una narrativa que muestra la vida de estos seres. Empleo papel para representar a las personas marginales, dado que las características físicas de este material son perfectamente adecuadas para expresar la precariedad de sus vidas. El papel puede descomponerse fácilmente, pero también muestra otra faceta caracterizada por una gran resistencia y durabilidad. Estas cualidades múltiples del papel son una metáfora, tanto de fragilidad como de la resistencia de los marginados.